Hna Catherine: ¿Por qué estoy en Ucrania?

Escuché sobre Ucrania cuando aún era pequeña. Tenía dos tíos-abuelos de Ucrania. Durante la Segunda Guerra Mundial llegaron a Inglaterra y se casaron con hermanas de mi abuela.

Recuerdo bien cuando estuve en casa de uno de ellos. Él era campesino. Mi tía nos preparaba “pelmeni”. Aún me acuerdo que su baño estaba fuera de la casa. Todo era nuevo para mi. Mi otro tío me regaló una cruz típica ucraniana, una muñeca ucraniana y un huevo de Pascua pintado por él.

Cuando tenía trece años, leía las cartas que recibía mi madre de la organización “Ayuda a la Iglesia Necesitada”. Descubría que había persecución de cristianos en Ucrania y otros países del este de Europa. Y me admiraba esta gente que defendía su fe y me compadecía de ellos. Pero existía el telón de acero y me parecía que estaban muy lejos.

Después cayó el muro de Berlín. Esperaba que en Europa no habría más divisiones. Se abrió un nuevo mundo.

Mirando hacia atrás, veo que Dios me preparaba para venir aquí. Me atraía el este de Europa incluso antes de que Él me llamase a ser misionera.

Pasaron los años, me hice misionera, pero nuestra comunidad no estaba en Ucrania, aunque sí en Polonia y Rusia. Ya no pensaba más en Ucrania, porque creía que no había posibilidades. Después la comunidad, con un grupo de jóvenes de Polonia empezaron a venir a Ucrania para ayudar. El sacerdote que trabajaba en la ciudad de Berdiansk vino a Argentina. Él quería que fundásemos una comunidad en Ucrania. Yo tenía muchas ganas pero no sabía si podría, porque me sería difícil aprender el idioma. En 2007 se fundó la comunidad en Ucrania. Yo no era de este primer grupo. Pero a finales de 2010, después de terminar los estudios de Teología, me vine a Ucrania.

Me sentía como en casa. La llamada se hizo más clara: ayudar a la gente a volver a sus raíces de fe y reestablecer su país con nuevos valores. Se que eso será un largo proceso. Lo primero que hice fue aprender el idioma, lo segundo la inculturización.

Hay tiempo y tengo la sensación que voy por el buen camino, y que Dios nos guía.